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Post by tvaldivia on Sept 26, 2005 16:56:33 GMT -5
Recuerdo que le gusté mucho desde el principio, yo era muy fino, y ella era una muñeca de apenas 16 años y tres meses de embarazo. Nunca imaginé que ese día sería el único en mi vida, ni todas las lágrimas que Gertrudis y su madre derramaron en ese momento, pueden compensar su traición.
Su padre, quien en aras de mantener la honra de la familia decidió pagar todo el evento, llegó por nosotros y nos subimos en una carroza tirada por caballos. Llegamos a la iglesia. Ya nos estaban esperando. Ruperto traía un traje rentado, no se podía esperar más de él.
Llegó el momento más importante de nuestras vidas. Ruperto de repente se acercó, la tomó por la espalda y antes de que el sacerdote lo dijera, bruscamente juntó sus labios con los de ella para cerrar la sagrada alianza.
Luego fuimos a la fiesta, donde el mole, la banda y el tequila no faltaron, nos divertimos mucho. El día se fue y con él mi vida.
Después de todo lo que la ayudé, después de que todo ese día lo pasamos juntos. Llegaron a su cuarto y él impulsivamente me despojó de ella. Lo que más me dolió no fue la violencia con la que me arrancó, sino que ella no hizo nada por defenderme. Roto, sucio y arrugado, me quedé en el suelo hasta que alguien me guardó en este oscuro baúl.
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