Post by magus on Sept 15, 2005 21:38:07 GMT -5
Cargamento Pirata
Por: Magus
Entré a la estación por las mismas escaleras oxidadas que bajaba todos los días, me cayó una gota de agua. Voltee al techo, una gotera. Me puse el sombrero para no mojarme. Frente a la parada había un puesto de periódicos y decidí comprar uno. Saqué un par de monedas y se las di al hombre que los vendía. Tomó el dinero con euforia y yo toqué el transmisor para descargar el Diario Semanal Capitalino. Acababa de conseguir el implante para poder intercambiar datos mediante la piel y quería estrenarlo. La primera plana estaba llena de noticias de política. Con las elecciones tan cerca los debates y los candidatos ocupaban gran parte de la primera hoja. Una pequeña columna mostraba una foto de un candidato de oposición, un tal Henry Morton, nunca había oído hablar de el, pero había conseguido mucha popularidad repentinamente.
Comenzó a oírse un eco metálico como caballos relinchando. A través de un angosto túnel comenzaron a verse las luces que fueron creciendo hasta pasarme. El metro se había detenido frente a mi y a un costado un letrero oxidado alcanzaba a leer “HMS Oxford”. Según la leyenda, este mismo metro es el escondite del famoso pirata Morgan. Con un silbido las puertas se separaron y yo me abrí camino a codazos, empujando a la gente que me ahogaba intentando salir. Al entrar me acerque a una pantalla. Puse la mano para saber a donde iba el metro y caminé hasta el área de pasajeros. Me agarré de un tubo y seguí leyendo mi periódico. Un pequeño reportaje sobre una nueva tecnología que permitía guardar datos en la memoria humana – para facilitar las transferencias por piel – decía. Pensé que era algo peligroso porque entonces podrían cambiar lo que una persona siente o piensa.
El metro comenzó a avanzar. Hay un gran número de historias sobre Morgan, la mayoría aluden a su intelecto ya que fue el primero en utilizar la piel para intercambios de piratería, pero también hablan de los brutales castigos a los que sometía a las personas que intentaban engañarlo. Cuando Morgan estaba empezando a intercambiar por piel un sujeto trató de huir sin pagar. Lo obligó a caminar en la plancha, una lámina de hierro hirviendo donde Morgan lo vio brincar hasta que murió fundido. Morgan había nacido en Gales y había viajado por todo el mundo antes de terminar aquí debido a que su tío fue nombrado presidente municipal. Con un pariente político, Morgan pudo dedicarse a la piratería con mucha seguridad.
El metro frenó en la última estación, me baje y subí las escaleras. Me corté con el barandal que está oxidado y roto. El aire era denso y tenía un olor inconfundible, estaba más contaminado que nunca. Tardé más de lo normal en volver a mi casa, el pavimento está en pésimas condiciones y en algunos tramos de la acera uno debe bajarse a la calle para poder pasar tramos que están destruidos. Al llegar a mi casa me di cuenta que alguien había pintado letreros por toda la reja del frente, vandalismo, lo que me faltaba. Sólo me queda un recuerdo taciturno de como eran las cosas antes, mejores. Tal vez un cambio de gobierno no sería mala idea. Por alguna razón no podía dejar de pensar en Henry Morton. Sus propuestas son muy buenas, estoy muy ansioso por votar en las siguientes elecciones.
Por: Magus
Entré a la estación por las mismas escaleras oxidadas que bajaba todos los días, me cayó una gota de agua. Voltee al techo, una gotera. Me puse el sombrero para no mojarme. Frente a la parada había un puesto de periódicos y decidí comprar uno. Saqué un par de monedas y se las di al hombre que los vendía. Tomó el dinero con euforia y yo toqué el transmisor para descargar el Diario Semanal Capitalino. Acababa de conseguir el implante para poder intercambiar datos mediante la piel y quería estrenarlo. La primera plana estaba llena de noticias de política. Con las elecciones tan cerca los debates y los candidatos ocupaban gran parte de la primera hoja. Una pequeña columna mostraba una foto de un candidato de oposición, un tal Henry Morton, nunca había oído hablar de el, pero había conseguido mucha popularidad repentinamente.
Comenzó a oírse un eco metálico como caballos relinchando. A través de un angosto túnel comenzaron a verse las luces que fueron creciendo hasta pasarme. El metro se había detenido frente a mi y a un costado un letrero oxidado alcanzaba a leer “HMS Oxford”. Según la leyenda, este mismo metro es el escondite del famoso pirata Morgan. Con un silbido las puertas se separaron y yo me abrí camino a codazos, empujando a la gente que me ahogaba intentando salir. Al entrar me acerque a una pantalla. Puse la mano para saber a donde iba el metro y caminé hasta el área de pasajeros. Me agarré de un tubo y seguí leyendo mi periódico. Un pequeño reportaje sobre una nueva tecnología que permitía guardar datos en la memoria humana – para facilitar las transferencias por piel – decía. Pensé que era algo peligroso porque entonces podrían cambiar lo que una persona siente o piensa.
El metro comenzó a avanzar. Hay un gran número de historias sobre Morgan, la mayoría aluden a su intelecto ya que fue el primero en utilizar la piel para intercambios de piratería, pero también hablan de los brutales castigos a los que sometía a las personas que intentaban engañarlo. Cuando Morgan estaba empezando a intercambiar por piel un sujeto trató de huir sin pagar. Lo obligó a caminar en la plancha, una lámina de hierro hirviendo donde Morgan lo vio brincar hasta que murió fundido. Morgan había nacido en Gales y había viajado por todo el mundo antes de terminar aquí debido a que su tío fue nombrado presidente municipal. Con un pariente político, Morgan pudo dedicarse a la piratería con mucha seguridad.
El metro frenó en la última estación, me baje y subí las escaleras. Me corté con el barandal que está oxidado y roto. El aire era denso y tenía un olor inconfundible, estaba más contaminado que nunca. Tardé más de lo normal en volver a mi casa, el pavimento está en pésimas condiciones y en algunos tramos de la acera uno debe bajarse a la calle para poder pasar tramos que están destruidos. Al llegar a mi casa me di cuenta que alguien había pintado letreros por toda la reja del frente, vandalismo, lo que me faltaba. Sólo me queda un recuerdo taciturno de como eran las cosas antes, mejores. Tal vez un cambio de gobierno no sería mala idea. Por alguna razón no podía dejar de pensar en Henry Morton. Sus propuestas son muy buenas, estoy muy ansioso por votar en las siguientes elecciones.